martes, 16 de diciembre de 2014

ALGUNAS DEFINICIONES: LA RESTAURACIÓN


4. DEFINICIONES RESTAURACIÓN BORBÓNICA

 

1. CACIQUISMO

 El sistema político de la Restauración se basaba en el  sistema bipartidista. Éste sistema estaba  basado en que dos partidos, se alternaban pacíficamente en el poder. Estos dos partidos serían el Partido Conservador, dirigido por Cánovas del Castillo y el Partido Liberal, dirigido Práxedes Mateo Sagasta.
  El turno en el poder no era la expresión de la voluntad de los electores, sino que los dirigentes de los partidos lo acordaban y pactaban previamente, es decir se  fabricaban los resultados.  
Los caciques jugaban un papel muy importante en este fraude electoral. Eran individuos notables, fundamentalmente en el ámbito rural. Ricos propietarios que daban trabajo a jornaleros y que tenían una gran influencia en la vida local, tanto en lo social, como en lo político. También podían ser abogados, profesionales de prestigio o funcionarios de la Administración, que controlaban los Ayuntamientos, dirigían el sorteo de las quintas, proponían el reparto de las contribuciones y podían resolver o complicar los trámites burocráticos. Con su influencia los caciques orientaban la dirección del voto, agradeciendo con sus “favores” la fidelidad electoral. Los caciques manipularon las elecciones continuamente de acuerdo con las autoridades, especialmente con los gobernadores civiles.

 2. TURNISMO:

Éste sistema estaba  basado en que dos partidos, se alternaban pacíficamente en el poder. Estos dos partidos serían el Partido Conservador, dirigido por Cánovas del Castillo y el Partido Liberal, dirigido Práxedes Mateo Sagasta.

  El sistema de turno  tuvo la gran virtud de garantizar la alternancia pacífica en el poder, poniendo fin durante un largo periodo al intervencionismo militar y a los pronunciamientos. Sin embargo, el turno fue un puro artificio político, destinado a mantener apartados del poder a las fuerzas que quedaban fuera del estrecho sistema diseñado por Canovas: las fuerzas de izquierda, el movimiento obrero, los regionalismos y nacionalismos.

3. CUNERO:

Durante la Restauración borbónica, los partidos dinásticos, conservadores y liberales, se alternan pacíficamente en el poder. El fraude electoral hacia que el turno fuera posible. Diversas estrategias organizaban este fraude que se iniciaba en el Ministerio de la Gobernación y llegaba al ámbito rural, a través de la figura de los caciques.

El término cunero empezó a emplearse durante el siglo XIX para referirse concretamente a los candidatos extraños al distrito y que estaban patrocinados por el Gobierno, durante la España de la Restauración.  Los candidatos, que el poder ejecutivo encasillaba cómodamente en los distritos rurales controlados por el Gobierno con el fin de tenían garantizado un escaño, sin parar mientes sin tener en cuenta las relaciones o vinculación del candidato con sus representados. La figura del cunero es un ejemplo de la manipulación electoral, puesto que un individuo sin vinculación a un territorio y desconocido para sus habitantes podía representarlos

 4. PUCHERAZO:

     Se conoce como pucherazo al método de manipulación electoral usado principalmente durante el periodo de la Restauración borbónica en España. Con esto pretendían establecer una alternancia pactada previamente entre el Partido Liberal y el Partido Conservador, es decir, el turnismo. En el ámbito rural ejercían este control los caciques. Para llevar a cabo dicha manipulación, existían diversos métodos, entre ellos el pucherazo, que consistía en guardar papeletas de votación en pucheros (de donde viene la denominación), y estas  se añadían o se sustraían de la urna electoral a conveniencia, para conseguir el resultado deseado.
Se utilizaban otros métodos como colocar las urnas en lugares de imposible acceso, votos de los fallecidos, “cuneros”, etc.  
En  periodos posteriores, el popular nombre de pucherazo siguió empleándose como sinónimo de fraude electoral.

5. Bipartidismo

El sistema político de la Restauración estaba ligado a la figura de Antonio Cánovas del Castillo. Este, era consciente de que era necesario renovar el agotado programa de los moderados. Por ello, una de las novedades que propuso, era el sistema bipartidista. Éste sistema estaba  basado en que dos partidos, se alternaban pacíficamente en el poder. Estos dos partidos serían el que él creo, el Partido Conservador, que debía sustituir al agotado partido Moderado, y el Partido Liberal, dirigido por el antiguo progresista Práxedes Mateo Sagasta, que sería el heredero de los ideales de 1869 adaptados a los límites del sistema canovista. 
El sistema de turno  tuvo la gran virtud de garantizar la alternancia pacífica en el poder, poniendo fin durante un largo periodo al intervencionismo militar y a los pronunciamientos. Sin embargo, el turno fue un puro artificio político, destinado a mantener apartados del poder a las fuerzas que quedaban fuera del estrecho sistema diseñado por Canovas: las fuerzas de izquierda, el movimiento obrero, los regionalismos y nacionalismos.
El turno en el poder no era la expresión de la voluntad de los electores, sino que los dirigentes de los partidos lo acordaban y pactaban previamente. Una vez acordada la alternancia, se producía el siguiente mecanismo: El Rey nombraba un nuevo Jefe de Gobierno y le otorga el decreto de disolución de Cortes, y a su vez, el nuevo gobierno convocaba unas elecciones que resultaban fraudulentas. Fabricaba los resultados mediante el  “encasillado”, que era la asignación previa de escaños en los que se dejaba un número suficiente a la oposición.

 6. Regeneracionismo:

Movimiento ideológico que tuvo lugar en España a partir de 1898, que defendía la necesidad de mejorar la situación del campo español y de elevar el nivel educativo y cultural del país.       

Tras la revolución de 1868, los intelectuales progresistas consideraban que se había perdido una gran ocasión para modernizar el país. En 1876 se creó la Institución Libre de Enseñanza, lugar en el que se reunían y gracias a ella el krausismo tuvo una gran difusión en España.

Algunos intelectuales consideraban que la sociedad y la política españolas no favorecían ni a la modernización de la cultura ni al desarrollo de la ciencia. Esta corriente, acabó conociéndose como regeneracionismo. Su mayor exponente fue el aragonés Joaquín Costa.

 

 

 

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